Los Beagle han sido tradicionalmente perros de caza debido a su gran olfato y agilidad. Son perros activos por naturaleza y seguramente años atrás hubiese sido impensable ver un Beagle obeso. Pero en la actualidad la obesidad se ha convertido en el principal problema del Beagle.
Unos de los motivos más importantes es que la caza está en declive y el Beagle ha cambiado las persecuciones de animales por los sofás de apartamentos de grandes ciudades. El Beagle está de moda y es muy común verlo en cualquier lugar y es que su carácter noble y generalmente tranquilo lo han convertido en un perro acomodado y en una mascota adorable a la que le encantan los niños.
Causas de la obesidad del Beagle
Parece contradictorio que la obesidad sea el principal problema del Beagle, un perro históricamente ágil y activo. La principal causa son sus propietarios y dueños. El Beagle es un perro que necesita tener una gran actividad física, pero a su vez es un animal que se acostumbrará rápidamente al sedentarismo. Además, es un perro obsesionado por la comida y es que un Beagle no sabe cuando está saciado y puede ser capaz de comer hasta indisponerse. La obesidad del Beagle es el resultado de una mala alimentación y una poca o casi nula actividad física.
El Beagle es un perro que será muy feliz si le ofrecemos una buena dosis de actividad física y es que está capacitado para tener largas jornadas de caminatas sin inmutarse. No debemos de descuidar su ejercicio ni su alimentación y toda persona que tenga un Beagle tiene que saber que no es un perro sedentario. La inactividad y la sobre alimentación convertirán al Beagle en un perro obeso con riesgo de padecer problemas cardiacos, hepáticos, arteriales, respiratorios, musculares y óseos, entre otros muchos. Atiborrar a un Beagle es acortarle la vida y si queremos convivir con ellos durante muchos años debemos de prestar especial atención a su condición física.
No existe un peso ideal para cada Beagle ya que existen Beagle de diferentes tamaños y es el veterinario quien tiene que determinar si nuestro Beagle es obeso o no. De todas maneras una revisión de su fisionomía nos indicará si nuestro Beagle puede padecer obesidad.
Una de las formas de examinar a nuestro Beagle es mirándolo desde arriba para observar si sus huesos de la cadera se marcan sutilmente. En el caso de que esto no sea así y su tronco se vea redondeado estamos ante la primera señal de un posible sobrepeso. Si sucede lo contrario, que se marquen demasiado las caderas, podría ser un signo de desnutrición.
Las costillas se deben de distinguir sin dificultad y con una mirada lateral se debería de observar una curvatura natural de su estómago. De todas maneras insistimos que estos son pequeños rasgos pueden indicar obesidad pero es el veterinario quien debe de diagnosticarlo con total seguridad y nunca deberemos de dar piensos destinados a la pérdida de peso sin saber si nuestro Beagle lo necesita realmente.
A continuación dejamos un vídeo de un Beagle que perdió 13 kilos de peso después de ser adoptado por una nueva familia. En este vídeo se puede ver bien la diferencia del Beagle obeso al Beagle con un peso normal y saludable.
Hipotiroidismo en el Beagle
El hipotiroidismo es otra de las causas que pueden provocar obesidad en el Beagle. El hipotiroidismo es un problema endocrino que normalmente se presenta en perros adultos. Los síntomas que presenta esta enfermedad son la letargia y pereza, problemas dermatológicos y en su mayoría afecta al sobrepeso, sin que el animal coma mucha cantidad, ya que en muchos casos incluso el Beagle pierde el apetito.
La obesidad tiene consecuencias graves en la salud de nuestro Beagle y es importante tratar el hipotiroidismo si ésta es la causa principal del sobrepeso. La glándula tiroides está ubicada en la zona del cuello, está controlada por el cerebro, y su función es la de liberar las hormonas tiroideas T3 y T4. Si esta liberación se produce en una cantidad poco elevada aparece el hipotiroidismo y va a dar como origen un metabolismo lento.
El veterinario es el profesional encargado de realizar el diagnóstico a través de la observación del animal y también de una analítica sanguínea. El tratamiento suele ser generalmente para toda la vida, con un seguimiento continuado para controlar que la cantidad de hormona tiroidea sea la adecuada. El tratamiento del hipotiroidismo también tiene que ir acompañado de una alimentación totalmente adaptada a cada animal según su nivel de hipotiroidismo.